miércoles, 3 de diciembre de 2014

ISMENE Y ANTÍGONA

ISMENE- Y ahora piensa con cuánto mayor infortunio pereceremos nosotras dos, solas como hemos quedado, si, forzando la ley, transgredimos el decreto o el poder del tirano. Es preciso que consideremos, primero, que somos mujeres, no hechas para luchar contra los hombres, y, después, que nos mandan los que tienen más poder, de suerte que tenemos que obedecer en esto y en cosas aún más dolorosas que éstas.
Yo por mi parte, pidiendo a los de abajo que tengan indulgencia, obedeceré porque me siento coaccionada a ello. Pues el obrar por encima de nuestras posibilidades no tiene ningún sentido.
ANTÍGONA- Ni te puedo ordenar ni, aunque quisieras hacerlo, colaborarías ya conmigo dándome gusto. Sé tú como te parezca. Yo le enterraré. Hermoso será morir haciéndolo.
Yaceré con él, al que amo y me ama, tras cometer un piadoso crimen, ya que es mayor el tiempo que debo agradar a los que a los de aquí. Allí reposaré para siempre. Tú, si te parece bien, desdeña los honores a los dioses.
ISMENE- Yo no les deshonro, pero me es imposible obrar en contra de los ciudadanos.
ANTÍGONA- Tú puedes poner pretextos. Yo me iré a levantar un túmulo al hermano muy querido.
ISMENE- ¡Ah, cómo temo por ti desdichada!

Han castigado por algunos motivos a su hermano por eso lo matan sin ser enterrado para ellos el no estar enterrado no es terminar una vida , Antigona quiere enterrarlo por eso se lo cuenta a su hermana Ismene y ella reacciona contandole que son mujeres que no pueden luchar.

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